Se trata de Nicolás Morales, quien visitó el País Vasco como parte del programa. Allí, tomo clases de txistu y aprendió mucho sobre la cultura de Euskadi. Sus reflexiones sobre un viaje inolvidable.
Primero que nada, contanos algo de vos Nicolás
Mi nombre es Nicolás Morales Znojil. Tengo 24 años y soy estudiante de kinesiología y fisioterapia. Estoy en el Centro Vasco desde el año 2006, al que ingresé gracias a mi amigo Eugenio Onnainty.
Ahora comentale a la gente que no conoce, qué es el Gaztemundu y cuál fue la temática de este año.
Bueno, el Gaztemundu es un programa a través del cual el Gobierno del País Vasco le da la posibilidad a los jóvenes de los centros vascos de todo el mundo, en especial de Argentina, de conocer Euskal Herria y profundizar los conocimientos sobre distintos temas. La idea es que los beneficiados luego vuelquen lo aprendido en sus respectivas euskal etxeas. Este año, la temática elegida fue la música, de la mano de instrumentos tradicionales vascos.
¿Cómo resultaste elegido?
Me anoté ya que me gusta mucho la música vasca. Yo había empezado a tocar el txistu hace un par de años, de forma autodidacta, y me pareció una excelente oportunidad para seguir aprendiendo, y sobre todo para interiorizarme más sobre la cultura vasca. Así que envié un video junto a otras cosas que te pedían, y por suerte me eligieron.
Empecemos con tu relato del viaje
Bueno, la verdad es que la experiencia ha sido increíble. En total éramos 14 personas: 11 de Argentina, dos de Chile y una de Uruguay. Estuvimos dos semanas completas, fundamentalmente en Vitoria/Gasteiz, la capital del País Vasco, donde todos los días tomábamos clases, cada uno con el instrumento para el que se había anotado, y cada uno con un profe particular. Eran cuatro horas diarias de aprendizaje, muy completo, aprendimos muchísimo. Yo sobre txistu, y los otros sobre instrumentos como la alboka, la txalaparta, la trikitixa, el pandero y hasta la gaita vasca. Por las tardes, en cambio, salíamos a hacer excursiones por diversos puntos de Euskal Herria.
¿Y qué lugares conociste?
Fuimos a Bilbao, Donosti (San Sebastián), Zarautz, Gernika, Gaztelugatxe, San Juan de Luz, Pasaia, Zestoa, Markina, Aizpeitia y la zona de La Rioja alavesa, entre otras ciudades y pueblos. Unos lugares preciosos, realmente muy bonitos. En las localidades más pequeñas, pudimos ver de primera mano los típicos paisajes vascos, con sus montañas, sus verdes, sus caseríos, sus ovejas y pastores… todo muy tradicional.
En cuanto a sensaciones y vivencias personales ¿Qué es lo que destacas del viaje?
La verdad que todo, porque uno no solamente aprendió de la música, si no que pudo experimentar de primera mano cómo se vive en el País Vasco. Uno escucha mucho estando en la euskal etxea, pero claro, una cosa es que te lo cuenten y otra estar ahí. Igual para mi, era como si de alguna manera ya hubiera estado de antes, por todo lo que uno ha leído, ha investigado. Yo no tengo descendencia vasca, pero llevo más de 10 años en el centro y me siento un vasco más. Y en función a eso, estar allá era como estar en casa.
¿Cómo es la vida en el País Vasco? ¿Cómo es su gente?
El lugar es fascinante, la cultura es fascinante, la sociedad, la gente, como piensan, todo lo que hacen. Son tan respetuosos, tan cuidadosos de todo, tan organizados, y al mismo tiempo es gratificante ver como defienden las tradiciones. La gente tiene un nivel de educación y de cultura muy alto. Te das cuenta por ejemplo en lo que tiene que ver con el cuidado de la naturaleza, el respeto que tienen, como manejan el tema del reciclaje, del uso de energías renovables. Hay mucha conciencia.
¿Y sobre temas políticos, como la viste a la sociedad?
En general están muy metidos, conocen bien lo que pasa, los temas que preocupan al país, como la independencia por caso. En eso vi bastantes divisiones: por un lado están los que defienden más el tradicionalismo, por así decirlo, y otros que son más liberales. En ese sentido, los jóvenes tienen un papel preponderante, más ligado al independentismo y a la defensa de la soberanía de Euskal Herria.
¿Se sorprendían los vascos con los conocimientos que llevaban ustedes del país siendo extranjeros?
¡Sí, un montón! En mi caso, con el txistu, algunos no lo podían creer. Es como que en ciertos temas de tradiciones y eso, parece que supiéramos más nosotros que ellos mismos. Les llamaba la atención y se ponían muy contentos.
Danos tu reflexión final sobre lo que ha significado Gaztemundu para vos
Una experiencia inolvidable, que va a quedar conmigo para toda la vida. Me dio la posibilidad de sumergirme de lleno en un país al que tanto quiero, de encontrarme con gente encantadora, y de aprender un montón sobre el txistu y sobre la cultura en general. Espero que pueda volcar ese conocimiento en el Centro Vasco, tal vez dando clases, o ya veremos cómo. Lo que si estoy seguro, es que quiero volver a Euskal Herria, y conocer más de esa tierra maravillosa.